Palazzo dei Priori [Cerrado]

Por alguna razon que yo desconocía, Aro quería verme.

Había hablado mucho del tema con Edward y habíamos quedado en que el no vendría conmigo, a causa de que no podríamos dejar a nuestra hija sola, además de que no queríamos insatisfacer a la realeza.

Entrar al mismo sitio donde pedí y suplique que no mataran a Edward, por aquella entra de alcantarilla, todo oscuro y húmedo... no me agradaba ese sitio, solo que esta vez yo podría ver más, y no iría a ciegas.

Alec había sido tan amable, el me estaba guiando por aquel laberinto subterraneo al que los vulturis llamaban Hogar.

Estaba segura de que no iba a ser peligrosa esta visita que les estaba dando, ya que yo no venía vulnerable.

Al entrar en la habitación central del lugar, me di cuenta de que solo Aro estaba sentado en su trono, no estaban sus hermanos, lo cual me tranquilizaba un poco, creo que Cayo todavía no me aceptaba.

Jane me miraba con furia, era de esperanrse que intentara lastimarme, en especial por que su hermano ya me había aceptado dentro de la sociedad vampirica.

- Aro - Le saludé desde el centro de aquel lugar, donde me sentía totalmente indeseada.

Recuerdos que no cabían en mi mente, que no podía seguir teniendo, pero que no borraba auqnue fuesen de humana.

Ver como caía Edward en ese momento, de una manera muy brusca, como Felix lo detenía mientras el caía a causa de lo que Jane le estaba haciendo, además de ver como se revolcaba de dolor.

La forma en que Aro me estaba pidiendo eso, no me sonó nada familiar, después de todo, como era posible que el m lo estuviera pidiendo a mi y no a Carlisle.

- Creo ... - No sabía que respodner, me mordía el labio inferior, no estaba segura...

Jane, miró a su maestro aún con la furía que sentía con el hecho de que el me estuviese hablando a mi.

- Forks es libre - Dije al fin - Pero ahí esta prohibido cazar humanos - Dije, sabía que Aro no era vegetariano, ni sus guardías, pero no me agradaba la idea de que el pudiese alimentarse con alguién a quien yo conocira, además de que a casi todo el pueblo lo conocía.

Jane seguía molesta y se molestó aún más cuando Aro dijo que confiaba en mi. Salió disparada de la habitación, pasandome a poner cara mala.

¿Palabra de vampiro? Eso realmente no era honorable, igual y eso no podría cumplir, no era tan tonta... Aro no se podría resistir a un humano, en especial en estado hambriento, como lo está ahora, ya que tiene los ojos negros como el carbón.

- Carlisle no es una persona rencorosa - Dije

Pero mi suegro vampiro, seguía molesto por no confiar en el, por querer matar a mi hija - su nieta - por creerse con gran autoridad.

Aro no debía tomar mi mano, o sabría que pensaba en no dejarlo ir a Forks, los metamorfos... Lycans o los que sean son mis amigos, amigos de la familia, no era posible que el los quisiera dañar.

Heidi arrivo al sitio con el suculento aperitivo del vampiro rey, era un grupo de 8 personas, solo y esclusivamente para él.

Se acercó rápidamente, en sus ojos denotaba la ansia de alimentarse, la pequeña niña no tuvo ni tiempo de gritar, pero su madre estaba llorando. Yo estaba sin palabras, con una velocidad increible, había terminado con la pobre vida de esa humana, ahora entendía lo feo que se sentía el hecho de que Carlisle no se alimentara de humanos.

El aroma de la sangre humana se esparció por el aire y la sonrisa burlosna de Aro apareció nuevamente. Podía tener la fuerza de voluntad, me había alimentado antes de ir hacía aquel sitio.

El aroma de la dulce sangre humana cantaba para mi, sabía que si bebía lo minimo, no me permitirian estar cerca de mi hija nunca más.

La fuerza de voluntad que me había impuesto en ese momento era grande. Aro saboreo cada uno de los humanos... dejando para el final la madre de la pequeña, quien le rogaba que la matara ya, pero el vampiro parecía disfrutar del llanto de aquella mujer, por un momento se me vino a la mente el hecho de que yo estaba casi deprimida cuando sabía que querían matar a mi hija, a mi pequeña, a mi princesa.

No pude evitarlo, un sentimiento se me palnto en el fondo de mi corazón, quería llorar y no podía...

- Termina con esto - Susurré

Por alguna razón mi mente aún no funcionaba bien, solo que en esta vida a los vampiros les agradaba el que no pudieran conocer mis pensamientos.

- Aro, Forks no es como Volterra, lo sabes - Dije, tratando de tranquilizarme.

Acerca de los Lycans en mi vida, eran de mucha ayuda para los Cullen. ¿Por qué no podían aceptar vivir en paz con ellos?

- Los metamorfos son nuestros amigos, no atacaran si no son atacados - Dije, recordando lo mal que le cae Aro a Jake, por querer matar a mi hija, a su protegida.

Me quedé viendo al suelo, no sabía como decirle que no quería que fuera a mi hogar.

- Aro - Dije - No hagas cosas de las que puedas arrepentirte - Comenté

El se hecho a reír, como si fuese una niña que apenas comienza a hablar y los adultos se ríen de cada cosa que digo.

- No gracias, mejor me retirare - Dije

Solo quería correr de ahí

Aro no estaba prestandome atención al momento de salir, o eso era lo que estaba creyendo yo.

Al darme la vuelta para huír del sitio, paso algo inesperado, las puertas se cerraron, Aron dió una orden, un ejercito de vampiros me rodearon, Jane - para su diversión - fué quien me sostuvo.

La relaeza estaba completa.

Aro y susu hermanos compartirían mi juicio, estaba en total peligro, no quería ni que Edward, ni nadie de la familia se acercara y se pusiera en peligro, no quería dejar sola a mi hija, ella debía vivir.

El temor me invadió.

- ¿Por qué me has de tratar como presa? - Cuestioné en reproche - No he de entender esta situación.

La risa de los Hermanos Reyes de los vampiros rieron al unisono, estaba muy nerviosa como para pedir ayuda, y ahora era vampiro como para llorar.

Alec me veía desde la esquina, como si estuviese apenado, la risita de Jane resonó en mi oído.

- Bella... comprenderás... que mi deseo que salir es mucho más que... un asuntito sin importancia.- dije algo molesto... Marco se acercó a mí y me ofreció leer sus pensamientos. Eran bastantes claros... Aro no dejes Volterra.- Hermano... Para eso están ustedes dos....- Vi como Cayo hablaba en voz baja y lo miré fulminandolo con mi mirada.- ¿ Qué te ocurre Cayo? Dudo que sea preocupación por mí.

- Es una locura hermano. Sólo digo... que pienses bien... no seas un niño...- dijo con su voz refinada. Las cosas no estaban bien... entre Cayo y yo...

No me di por enterado y me volví hacia Bella.
- No te haremos nada. Te necesito para llegar a Forks. Isabella.- dije con mi voz aterciopelada.

Cayo y Marco... parecían furiosos... Jane se acercó a mi lado... lo mismo hizo Alec.

Miré a Aro con mucho cuidado mientras sus hermanos se miraban con ojos de furía al no ver de buena manera el estilo que estaba tomando la pequeña reunión que había pedido tener conmigo.

Marco se acercó ofreciendole leer sus pensamientos, creo que leer esos pensamientos han de ser geniales, viniendo de una cabeza con tantas cosas en que pensar.

Cayo solo se lamentaba en silencio el comportamiento de su hermano, su cara lo manifestaba.

Por fin lo dijo, habló frente a todos, la sonrisa de Jane fué, sin duda, el regalo para Aro. Alec solo bajo la mirada y obedeció a su amo poniendose a un costado de el, dejandome en manos de Felix, quien sonreía de tenerme entre sus fuertes brazos que ni un vampiro podría defenderse, almenos que fuese Emmett, el podría sin duda alguna.

Aro rió malevolamente...

- Yo no soy tu pasaporte, Aro - Dije molesta por como me estaba tratando, incluso me llamó Isabella.

Félix me soltó y yo me sentí libre y capaz de respirar, nuevamente.

Jane miraba a su hermano pensando que el la apoyaría en hacerme sentir mal, pero mis fuerzas se estabn recuperando y ellos no podrían detenerme. Mi hija estaba de pormedio.

- Aro, no tienes por que ir a Forks, no entiendo eso de tu parte - Casi suplicaba al no querer atacarlo.

- Bella... quiero.- sacudí mi cabeza y me senté en el trono.- No podré decirtelo... porque... es un capricho de un niño.- dike mirando a mi hermano Cayo.- Quiero visitar cada clan... eso es todo.- dije mirando con desconfianza a mis hermanos, era la primera vez que me hacían esto.

Jane y Alec estaban muy furiosos... pero no sabía con quien.

Estaba más tranuila al escuchar eso.

- Aro, creo que mejor empiezas por otro lado, yo me tengo que ir - Dije

Una vez que me soltaron a orden de Aro, me salí del salón siendo Alec el que me guiaba a la salida.

- Aro, eso no debes decirmelo a mi, sabes bien que soy la menos indcada para darte entrada a Forks - Dije siendo sincera en ello, además de que sabría que sería mejor recibido si iba y llegaba por sorpresa.

Alec miró a su maestro de una manera muy intrigante, como si le preguntara ¿por qué quería salir de Volterra?